La mañana de montaje se desarrolló mejor que bien. Antes de comer ya teníamos los focos leds, la cámara y el proyector colgados y el linóleo extendido en el suelo, con lo cual, la tarde se presentaba en cierta manera tranquila y pensamos que nos daría tiempo a aplicar en un pase general todo lo que habíamos hablado y por fin ponerlo en común en escena. Así que a la hora de la comida
Carles, Mario, Román y yo, quedamos en hacer un pase a las 6,30 para terminar de encajar todo correctamente y que nos diera tiempo a descansar un poco antes de empezar la función. Pero cuando volvimos por la tarde, pronto nos dimos cuenta de que no podría ser así, ya que empezaron los imprevistos. El primer problema vino por la mesa de luces que, por lo que yo entendí, tenían el problema de que no podían hacer submasters por alguna razón, trataron de solucionarlo e incluso buscaron las instrucciones de la mesa en internet, lo cual nos hizo perder mucho tiempo y finalmente salir al escenario sin hacer pase y sin probar cada escena con la memoria de luces correspondiente. Por otro lado, la mesa de sonido cada vez que la conectábamos al ordenador hacía un ruido tremendo (y no hablamos de la típica "chicharra" que a veces aparece, sino a un ruido muy molesto parecido al que hace la radio cuando busca un dial), finalmente, conseguimos solucionarlo; Mario pinchó las músicas antes de empezar para asegurarse de que todo estaba ok, y realmente funcionaba correctamente.

Sin embargo, nada más empezar la función, empezamos a tener cortes de música que no tenían mucho sentido... al parecer, la nueva versión de
VirtualDj que habíamos instalado para la ocasión, se había desconfigurado misteriosamente, y la verdad es que en la mesa de control lo pasaron bastante mal hasta que pudieron encontrarle solución, sobre la marcha y en plena actuación. Yo desde el escenario les podía ver, iluminados por los monitores, y por sus movimientos notaba que los problemas seguían. Así que, por mi parte la concentración iba y venía en oleadas, aunque intentaba por todos los medios mantener la atención a las correcciones que habíamos hecho sobre el movimiento. La parte técnica evidentemente también funcionaba a ráfagas con algunos imprevistos de volúmenes en el sonido (y la necesidad incluso de utilizar iTunes para que la última canción se escuchara en estéreo)... Así que con tantos contratiempos y "avatares" durante el propio Avatar*, nuestra sensación en todo momento fue de que no llegábamos a tener el control total de la situación. Unos momentos angustiosos en un espectáculo de este tipo donde todos dependemos de todos... donde se dan cita muchas partes (música, luz, visuales y danza) ejecutándose todas a tiempo real y dependiendo a su vez de muchos aparatos.
No obstante, después de la actuación, pudimos hablar y también confesar y destripar los secretos de estos problemas internos con los que nos habíamos encontrado en el bolo con algunos amigos que vinieron a verlo, entre ellos la propia
Margarida Troguet (programadora del
Teatre del Escorxador y magnífica anfitriona) y
Manel Montañés, el cual nos hizo muchísima ilusión de que volviera a ver Avatar* después de aquel primer contacto en el
Macc 2009, en Tenerife. En resumidas cuentas, lo que venían a decirnos, es que todos esos fallos de los que nosotros hablábamos, no los habían notado ellos como espectadores. Pero nosotros, la verdad es que durante la cena, teníamos una sensación de impotencia porque nos daba mucha rabia que no hubiera salido todo lo matizado que nosotros esperábamos.

Ayer viernes, Román y yo nos pusimos a ver el vídeo (con miedo, pero diciéndonos que no hay nada como el espíritu crítico y aprender de los errores), y la verdad es que no salimos de nuestro asombro, porque estaba mucho mejor de lo que esperábamos. Aparte de los primeros cortes de música en la primera escena y algunos detalles milimétricos que sólo nosotros sabemos y queremos que sucedan en el momento exacto, todo lo demás, estaba bastante correcto, y la sala contribuía a que quedase mejor aún. Todo esto a mi personalmente me ha hecho reflexionar, y lo que yo pienso es que
el trabajo diario nunca cae en saco roto, y que si realmente nos esforzamos cada día en depurar y perfeccionar lo que queremos que sea este Avatar*, todo este trabajo va dando sus frutos casi sin darnos cuenta y a pesar de los fallos técnicos (de los que nunca estamos a salvo)... Mirándolo a posteriori, en este bolo (que nos ha puesto a prueba a todos), hemos afrontado muy profesionalmente la situación, y debido a ese trabajo diario.y casi obsesivo.. todos teníamos tan claro lo que teníamos que hacer en cada momento y lo que teníamos que solucionar cada uno por su parte, que incluso con todos esos problemas, pudimos hacer frente a los contratiempos sin que apenas se notase en el reultado final.
Muchísimas gracias a los que asistieron.
Muchísimas gracias a mis compañeros de equipo.
Lo conseguimos, a pesar de los pesares.
m.a.